domingo, 11 de septiembre de 2011

Que a veces el mundo es un solo lugar, una sola ciudad.

La gente en Madrid anda de otra manera,

mira, se viste  y  hablaba de otra manera, con

una especie de desgarro. 

Recuerdo todas aquellas tarde por el centro de Madrid, en la azotea del circulo de bellas artes desde donde podiamos ver los grandes edificios , en el retio paseando las tardes de otoño, todas aquellas farolas que nos vieron darnos todos y cada uno de nuestros besos, la casa labra donde solia ir cuando era pequeña con mis padres, la ciudad de las luces la llaman en navidad con su grandioso árbol de la plaza de Sol con el que se ven las luces mas bonitas, aquellos partidos de futbol en los que gano España, las noches en blanco, excusas con las que salir hasta altas horas de la madrugada, todas las escapadas en metro, las terracitas de Huertas y Anton  Martin, los montaditos en miércoles, las esquinas protegidas de Madrid, las grandes avenidas le servían de guarida a mi corazon, y es que al fin y al cabo somos de Madrid y somos Chulas .  

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