Sobreviví a los lunes de indecisiones, las madrugadas de los martes, y las tormerntas de los miércoles.
Seguía siendo una sonrisa a medio acabar al ver sus hoyuelos todas las mañanas justo al bajarme del coche. Y me volví a perder otra vez, porque la vida siguió como siguen las cosas que no tienen mucho sentido . Sudar, llorar, arrasar y sentir su risa en cada poro de mi piel.
Y que porfin llege el día en el que prometer que le haré cosquillas hasta que oiga su risa todo Madrid que le haré reir muy muy fuerte, pero dime, ¿quien no sería feliz escuchandole?
Seguía siendo una sonrisa a medio acabar al ver sus hoyuelos todas las mañanas justo al bajarme del coche. Y me volví a perder otra vez, porque la vida siguió como siguen las cosas que no tienen mucho sentido . Sudar, llorar, arrasar y sentir su risa en cada poro de mi piel.
Y que porfin llege el día en el que prometer que le haré cosquillas hasta que oiga su risa todo Madrid que le haré reir muy muy fuerte, pero dime, ¿quien no sería feliz escuchandole?
No hay comentarios:
Publicar un comentario